INGENIERÍA CIVIL
sábado, 21 de enero de 2023
sábado, 6 de enero de 2018
ESTABILIDAD DE TALUDES (PARTE I)
INTRODUCCIÓN
La estabilidad de taludes es
la teoría que estudia la estabilidad o posible inestabilidad de un talud a la hora de realizar un proyecto, o llevar a cabo una obra de
construcción de ingeniería civil, siendo un aspecto directamente relacionado con la geotecnia. La inestabilidad de un talud, se puede producir por un desnivel, que
tiene lugar por diversas razones:
§ Razones
geológicas: laderas
posiblemente inestables, orografía acusada, estratificación, meteorización,
etc.
§ Obras de
ingeniería: rellenos o
excavaciones tanto de obra civil, como de minería.
Los
taludes además serán estables dependiendo de la resistencia del material del
que estén compuestos, los empujes a los que son sometidos o las
discontinuidades que presenten. Los taludes pueden ser de roca o de tierras.
Ambos tienden a estudiarse de forma distinta.
7.1
TIPOS Y Causas de fallas
A una superficie de terreno
inclinado se le llama talud, pueden ser producto de cortes o terraplenes para
diferentes obras, como pueden ser, presas de tierra, vías terrestres,
plataformas industriales, puertos, etc.; también pueden tener un origen
natural, y en este caso se les conoce como laderas.
En los taludes por ser
inclinados, la fuerza de gravedad juega un factor importante en su estabilidad,
porque existe una componente sobre la masa del suelo que induce a que éste se
deslice sobre una superficie de falla cuando se supera la resistencia al corte.
Los
tipos de falla más frecuentes en taludes son:
- Falla por deslizamiento superficial.
Cualquier
talud está sujeto a fuerzas naturales que tienden a hacer que las partículas y
porciones del suelo próximas a su frontera deslicen hacia abajo el fenómeno es
más intenso cerca de la superficie inclinada del talud a causa de la falta de
presión normal confinante que allí existe. Como una consecuencia, la zona
mencionada puede quedar sujeta a un flujo viscoso hacia abajo que,
generalmente, se desarrolla con extraordinaria lentitud. El desequilibrio puede
producirse por un aumento en las cargas actuantes en la corona del talud, por
una disminución en la resistencia del suelo al esfuerzo cortante o, en el caso
de laderas naturales, por razones de conformación geológica que escapan a un
análisis local detallado.
- Deslizamiento en laderas naturales sobre superficies de falla preexistentes.
En
muchas laderas naturales se encuentra en movimiento hacia abajo una costra
importante del material; no se trata ya de un mecanismo más o menos superficial,
como el que se describe en el inciso anterior, sino de otro producido por un
proceso de deformación bajo esfuerzo cortante en partes más profundas, que
llega muchas veces a producir una verdadera superficie de falla.
Estos
movimientos, a veces son tan lentos que pasan inadvertidos, hasta que e
ingeniero ha de actuar en la zona, en alguna obra. Si los movimientos se
aceleran se puede llegar a producir un desliza miento de tierras. Parece ser
que la mayor parte de este tipo de movimientos están asociados a ciertas
estratigrafías favorables a ellos, al mismo tiempo que a flujos estacionales de
agua en el interior de la ladera. Un caso frecuente y tal vez el más sencillo
es el que aparece en laderas formadas por depósitos de talud sobre otros
materiales firmes estratificados, que siguen más o menos la inclinación de la
ladera. En estos casos se observan con frecuencia superficies de falla
prácticamente planas, que siguen los contactos entre los depósitos de talud y
los materiales más resistentes de apoyo.
Este
tipo de fallas se presenta en materiales cohesivos, donde las fuerzas
gravitacionales, actuando por largo tiempo, producen deformaciones grandes, que
llegan a generar la superficie de falla. Una vez generada la superficie, la
resistencia disponible a lo largo de ella será la resistencia residual
correspondiente a los materiales de contacto.
- Falla por movimiento del cuerpo del talud.
En
contraste con los movimientos superficiales lentos, descritos en el inciso
anterior, pueden ocurrir en los taludes movimientos bruscos que afectan a masas
considerables de suelo, con superficies de falla que penetran profundamente en
su cuerpo. Estos fenómenos reciben comúnmente el nombre de deslizamiento de
tierras. Dentro de éstos existen dos tipos claramente diferenciados. En primer
lugar, un caso en el cual se define una superficie de falla curva, a lo largo
de la cual ocurre el movimiento del talud; esta superficie forma una traza con
el plano del papel que puede asimilarse, por facilidad y sin error mayor, a una
circunferencia. Estas son las fallas llamadas por rotación. En segundo lugar,
se tienen las fallas que ocurren a lo largo de superficies débiles, asimilables
a un plano en el cuerpo del talud o en su terreno de cimentación. Estos planos
débiles suelen ser horizontales o muy poco inclinados respecto a la horizontal,
Estas son las fallas por traslación.
Las fallas por rotación
pueden presentarse pasando la superficie de falla por el pie del talud, sin
interesar el terreno de cimentación o pasando adelante del pie, afectando al
terreno en que el talud se apoya (falla de base). Además pueden presentarse las
llamadas fallas locales, que ocurren en el cuerpo del talud, pero interesando
zonas relativamente superficiales.- Flujos
Este
tipo de falla consiste en movimientos más o menos rápidos de zonas localizadas
de una ladera natural, de manera que el movimiento en sí y la distribución
aparente de las velocidades y los desplazamientos asemejan el fluir de un
líquido viscoso. No existe, en sí, una superficie de falla, o ésta se
desarrolla en un lapso muy breve al inicio del fenómeno.
Estas
fallas pueden ocurrir en cualquier formación no cementada, desde fragmentos de
roca, hasta arcillas francas; suceden tanto en materiales secos, como húmedos,
Muchos flujos rápidos en mate riales secos ocurren asociados a fenómenos de
presión de aire, en los que éste juega un papel análogo al del agua en los
fenómenos de licuación de suelos. Otros flujos, en suelos muy húmedos, son
verdaderos procesos de licuación.
- Fallas por erosión
Estas
son también fallas de tipo superficial provocadas por arras tres de viento,
agua, etc., en los taludes. El fenómeno es tanto más notorio cuanto más
empinadas sean las laderas de los taludes. Una manifestación típica del
fenómeno suele ser la aparición de irregularidades en el talud, originalmente
uniforme. Desde el punto de vista teórico esta falla suele ser imposible de
cuantificar detallada mente, pero la experiencia ha proporcionado normas que la
atenúan grandemente si se las aplica con cuidado.
- Falla por licuación.
Estas
fallas ocurren cuando en la zona del desliza miento el suelo pasa rápidamente
de una condición más o menos firme a la correspondiente a una suspensión, con
pérdida casi total de resistencia al esfuerzo cortante. El fenómeno puede
ocurrir tanto en arcillas extra sensitivas como en arenas poco compactas.
La
licuación ha producido las fallas más dramáticas y espectaculares, debido a la
magnitud de la masa de suelo que se pone en juego al producirse este fenómeno.
En suelos tales como arenas saturadas relativamente sueltas, es posible que una
solicitación dinámica rápida, como la que puede presentarse durante un sismo,
origine en al agua elevadas presiones que cresen a un ritmo mayor de lo
que alcanzan a disiparse por la salida
del agua de los poros de la estructura del material. Al incrementarse las
presiones del agua interior, se debilita el contacto entre los granos de la
arena, disminuyendo su resistencia la esfuerzo cortante hasta valores nulos o
muy aproximados a 0 (cero); en estas condiciones la masa de arena se comporta
como un líquido, fluyendo bajo la acción de las cargas que provocan el
fenómeno.
- Falla por falta de capacidad de carga en el terreno de cimentación.
La falta de resistencia en el suelo de cimentación es
particularmente critica cuando la obra vial exige altos terraplenes, lo que
sucede principalmente en los accesos de los puentes y pasos de desnivel, en
llanuras de inundación en ríos o esteros o en zonas en que exista tirantes de
agua.
La
falta de resistencia del terreno de cimentación bajo un terraplén puede
producir una falla por falta de capacidad de carga, asociada a un hundimiento
brusco y destructivo del terraplén, con bufamiento del terreno a ambos lados de
aquel (o a un solo lado), no lejos de la línea de ceros. La falla puede
presentarse sin previo aviso, pero en ocasiones se producen con anterioridad
deformaciones de la corona del camino, con hundimientos en la línea de centro y
aparición de grietas en el material natural, paralelas al bordo y a una
distancia que es función de la altura y
el ancho del terraplén; esas grietas suelen ir acompañadas de un perceptible
bufamiento del terreno natural.
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